Por Xan das Verdades

El hecho de tener un apellido tan menestral no le confiere mayores ventajas, tampoco le perjudica, con González y Rodriguez se ha accedido a la presidencia de este país; más preocupante es ese espejo del alma que es su cara incierta, la que personaliza a la madre de todas las tropelías, que es condenar sin motivo y sin pruebas. Un recién elegido debería gozar de un período de cortesía en su aterrizaje, pero López no lo merece; las credenciales con las que llega no pueden ser peores, pero le dan méritos para hacer un master en limpieza etnica por los Balcanes.

López, ha demostrado tener una inquietante afición al regodeo con la sangre amiga, que suele adornar a todos aquellos que primero disparan y después preguntan por las culpas de los ejecutados. Es el estilo de los proconsules que, antes de ejercer el poder, se hacían respetar con la comisión de una carnicería. No creo que tenga la más pajolera idea, ni que le haya preocupado demasiado, del transfondo real por el que le pusieron a la firma una resolución trucada, injusta, viciada y adobada  de intecionalidad e intereses bastardos. Pero firmó sin dudarlo y eso, mal que le pese,  va a tenerlo colgado a la chepa cada vez que cruce el Manzanal.

Proclamado baranda regional, perdón autonómico, por más del 96%,  queda desmerecido  al comprobar que hasta la gestión de Villalba fue refrendada por más del 91%; cuestión, que evitamos comentar por aquello de que hay que ser livianos con los finados, pero  si resaltamos que porcentajes tan apabullantes tienen todo el tufo de la falta de democracia interna. López, debe sentirse muy respaldado por esa cuasi unanimidad, y aún más si está reforzado por la confesión de Zapatero de que tiene debilidad por él. Claro que, El Presidente, últimamente no es que atine demasiado con sus elogios; sonada, es su exaltación del empresario que concita más sospechas de corrupción generalizada.

De momento, López, lo que se puede arrogar es el carísma del lider salido de la fotocopiadora de Blanco, donde se reproducen principalmente los grises. El mísmísimo Pepiño da terra Cha, le dejó a él solito para que resolviera la patata caliente de la  disolución y se familiarizara con su nuevo destino, mientras como jefe se lavaba las manos, tal vez porque no lo veía claro. Lo demás es conocido: ajustició años y biografías de dignísima militancia socialista, con el mismo conocimento con que Franco firmaba las penas capitales mientras tomaba churros. 

Cuando, en el futuro, se bucee en el pasado, para escribir sobre el socialismo de este tiempo en El Bierzo, no podrá decirse que fué su edad de oro, coincidiendo con el mandato de Zapatero, si no una época negra y antidemocrática, donde la arbitrariedad y el cainismo, de los sátrapas consentidos, marcaban la hoja de ruta en connivencia con los intereses más despreciables.

Cierto que la presencia de López es, al menos, una novedad y que cambiamos un asténico por un pícnico, y estos sulen ser más afables, pero si el extinto tenía el rictus de acabar de tomar bicarbonato, el nuevo ya nos sofroníza con la verborrea plomíza y huera de las buenas gentes y otras lindezas. Tengo la fundada premonición de que vamos a ser, de largo, el ente territorial más aburrido del planeta, solo hay que reparar en el biotipo facial que comparte con el otro lider, en este caso regional, para ir planteándose si la salida que tenemos para combatir el tedio, que sus jetas nos anuncian, no será hacerse subdito afgano.

lo comprobaremos cuando sus retratos tapicen pueblos, ciudades y carreteras; dos lideres de perfíl coincidente y distinta estabulación, a quienes un 90% de estomagos agradecen sus arroladoras simpatías, es demasiado fuerte para digerir. Ya son ganas de tentar a la modorra creando lideres como estos, que ante la falta de un concurso mundial de sosería, tampoco atesoran el carísma innato que se requiere para no pasar desapercibidos, incluso, en la casa de Gran hermano.

Admito que solo es una percepción subjetiva, pero cargan con semblantes propios de los empollones y acusitas, de los burócratas del aparato que tienen la gravedad idonea para enviarlos a los funerales, de los que imaginamos que las señoras aceptarían como yernos pero jamás como amantes, de los que se revelan dociles y diligentes con la jefatura, a la vez que roñosos con el personal y desconsiderados con el graderío; el mundo está plagado de estas caras repetitivas, pero busquen y, si lo encuentran, digan donde, tipos como elllos, han dado, una alegría. Pero volvamos a López, que es quién nos ocupa y preocupa.

El congreso que lo proclama, nos trae una noticia desalentadora y es que, Canedo, se muestra satisfecho con los resultados, cuando es sabido que lo que es bueno para D.Antonio, necesariamente tiene que ser malo para el común. Aunque, al parecer, es pirotecnia, porque el tapado y nuevo delfín es Ramón, quién parece que va a poder oficiar el ancestral rito de dar la puntilla al  protector que lo amamantaba con leche envenenada. No es que, López, Fernández y Ramón, sean la trinidad soñada, pero al lado del tridente fenecido, Villalba, Martínez y Canedo, al menos aportan el alivio de saber que tardarán un tiempo en aprender sus mañas, si es que quieren emularlos.

López, debería tenerlo muy fácil con la gestión que le precede del ferroviario, del hostelero y del pariente del modelo virtual de Goya, y aplicando las recetas razonables  de cualquier dirigente capaz y decente: pacificación, diálogo y propuestas sensatas, pero tiene dos problemas. El primero es la corrupción, que desangra la fe en su partido, porque es el origen de los problemas, de todos sin excepción;  saber, si va a tener los arrestos de meter mano a esa lacra enquistada, al servicio de una mercantíl, que es la que de verdad manda, es uno de los retos.

El otro, más que arrestos, requiere de humildad y grandeza moral para reflexionar sobre la extensión de la herida moral que ha infligido, y  actuar en consecuencia para poner desagravio y remedio a un desproposito que él remató, pero que no causó, ni alimentó.   Se ha machacado, sin audiencia ni investigación mínimamente seria, a una militancia que, como cualquier otra, tendrá elementos mejores y peores, pero es una militancia histórica que se ha bregado en defensa de sus principios con persistencia y bravura. El conflicto nunca habría ido más allá, si los intereses espurios no lo hubieran atizado, porque querían y lo consiguieron, que los adversarios del PP gobernaran en ciertos ayuntamientos.

La militancia de Ponferrada y el Bierzo, no es una militancia de aluvión, sin raices, y con las convicciones laxas, es la heredera de la tradicción progresista de un territorio acostumbrado a pagar muy caro sus proclividades izquierdistas, ya mucho antes de que Zapatero viniera a apoyarse en su fortaleza electoral para hacer su  carrera. Aquí hay un acervo ideológico profundo y sentido, fomentado por generaciones de mineros, obreros, agricultores y clases urbanas comprometidas.

Lo que se ha hecho, privandoles de su militancia, de su carné y de sus derechos es una felonía, también, histórica, que debería remediar el propio Zapatero; tomando cartas en el asunto y devolviendo la certeza de que la decencia y la ética siguen informando a un partido, que se ha portado, estos años, con la frivolidad de un reality show. Si el partido ha estado a la deriva, es porque solo se ha escuchado a quienes menos se debía y así, los efectos de sus patrañas las ha pagado injustamente toda la militancia, y no menos un electorado,  que no entienden el sentido de tanta escabechina.

Zapatero dejará de ser presidente y secretario general, y con él todos los que amparados en su nombre han flagelado moralmente a la mayoría de sus compañeros, pero el sentimiento del Bierzo, a pesar de las agresiones, seguirá siendo progresista, y eso va a prevalecer, porque antes que zapateristas son socialistas. El ciudadano López, tiene la oportunidad de colaborar a consolidar el periódo presidencial de nuestro paisano como  la edad más lamentable del socialismo berciano, o bien, puede reenfocar el problema y aplicarse en devolver la deuda de justicia, democracia y compañerismo que se les debe.