PEDRO BLANCO | No lo digo yo, lo dicen todos los que estuvieron ayer en el Toralín. Este equipo va a la deriva y parece que los que deberían de ponerle remedio no se enteran. Cualquier equipo nos zurra la badana y encima tenemos que estar contentos por no haber perdido.

Cualquier expresión se queda corta para explicar lo que ayer sucedió en el campo del Toralín. Si la primera parte estuvo más o menos igualada, aunque ya se adivinaba que a la Deportiva le costaba un mundo llegar al área contraria, el gol de Yuri —siempre el mismo— fue el detonante para despertar al Coruxo y darse cuenta que podía hacer daño al rival simplemente con darle un poco de velocidad a sus avances. No consiguieron fruto en la primera parte, pero en los segundos 45 minutos aquello fue un continuo mareo para los locales que no sabían como parar las hilvanadas jugadas que propiciaron el gol del empate, en otra de las muchas pifias que cometió la defensa. Y a partir de ahí y sin poder de reacción de los muchachos de Bolo, el Coruxo nos humilló con una posesión de balón que hizo explotar al personal y que sacó las vergüenzas de muchos jugadores que corrían y corrían como pollos descabezados. Al final, hasta el empate fue un mal menor, pero que no sirvió para hacer olvidar a los aficionados el desastre de un equipo abatido y superado en todas sus líneas. La bronca final con gritos de fuera, fuera y silbidos nos recordó no muy lejanos tiempos que pensábamos que no iban a volver. Lamentablemente estamos en el mismo camino.

De salida una nueva alineación con la idea de siempre. Y en el banquillo cuatro de los que se considera son refuerzos del mercado invernal: Manu García, Kaxe, Bravo y Guille. No valoro el de Bolaños porque ni le he visto jugar ni creo que lo fuera a hacer ayer, cuando tenía por delante a Yuri y Kaxe. Es decir que jugaban los de siempre más Larrea. Y a este jugador que le vimos maneras el primer día y que me imagino que sabe jugar al fútbol, sus compañeros le arruinaron el trabajo por su desidia. Lo mismo que le sucedió a Guille cuando salió, que deslumbró con dos jugadas y un gran disparo, para no volver a verlo más. Claro que también entiendo al entrenador cuando sacó a Kaxe y Bravo y no rascaron bola. ¿Quién asume la culpa? A mi que no me miren.

Lo que más miedo da es ver como cada partido que pasa es mayor el despiste, el desconcierto que les supone recibir un gol en contra y bajar los brazos de forma escandalosa. Porque ni el Coruxo es tan bueno como para ridiculizar a una Ponferradina ni debemos ser tan malos como para dar la imagen actual. Si hemos visto jugar aceptablemente a estos jugadores al principio de la liga, algo debe de estar fallando para que nadie confíe en volver a los puestos cabeceros de aquí al final del campeonato. Duele decirlo pero si los aficionados pueden olvidar el bochornoso espectáculo del domingo, el que no puede hacerlo es el entrenador y sus jugadores. En las declaraciones de Bolo, que cuando menos es sincero cuando asumía que pudo haber sido peor, sigue habiendo una apuesta por el futuro señalando que salir de este bache, por no decir socavón, es a base de trabajo. Se consideraba el primer culpable y que tendría que darle vueltas a lo que se estaba haciendo para cambiar esta mala dinámica. Que me perdone Bolo, pero esto son palabras que hemos escuchado docenas de veces. Todos queremos hechos y el primero ir a ganar a Vigo. No es pedir el oro y el moro, porque el Rápido de Bouzas es vicecolista y tampoco vencer allí sería una hombrada.

El que si fue humilde en sus declaraciones fue Montes, el entrenador gallego, quien al contestar a una pregunta sobre si su equipo le había dado un baño al rival, no quería expresarlo de esa manera, pero estaba muy contento porque habían conseguido desactivar a la Deportiva en sus puntos fuertes. No se si fue un baño, porque esa tarde no llovió, pero tácticamente fue impecable su trabajo.

Los síntomas del enfermo son cada vez más alarmantes. Cada semana vemos como se esfuman puntos y los rivales no siempre tropiezan, salvo la Cultural. Una victoria de seis partidos tienen que hacer recapacitar a todos de que esto no puede seguir así. Sacar cinco puntos sobre dieciocho jugados no es un balance aceptable para un equipo que aspira al ascenso o cuando menos a jugarse la suerte en esa fase. Y ojo, hay que recordar que la única victoria se consiguió en casa y ante el colista. Si eso no es la antesala de una crisis que baje el que sea y nos lo diga con otras palabras.

Para terminar un apunte rápido. El sábado estuve viendo en Compostilla a la Ponferradina B. Se enfrentaba al Benavente que terminó ganando 0-1 en un fallo garrafal del guardameta. No se vio excesiva calidad en el juego pero por lo que hicieron ambos equipos no mereció perder el equipo que dirige Rubén Vega. Salí pensando que muy poco había donde escoger para el equipo de Bolo, pero cuando terminó el partido ante el Coruxo saqué la conclusión de que no estaban tan lejos un equipo del otro. Los dos me decepcionaron.