PEDRO BLANCO | Tomando unos vinos con el grupo de amigos de todos los días, la conversación principal se centraba en la victoria del Barcelona ante el Madrid, coincidiendo casi todos en que el resultado era excesivamente abultado para lo que se vio sobre el terreno de juego.

Cada uno expresaba su opinión y resaltaba la excepcional puntería de los catalanes, que no desperdiciaron ni uno solo de los disparos a puerta. Y coincidíamos en que así es esto del fútbol trasladado a categorías inferiores como es la Segunda B. Tener un killer del área hace todo más fácil y en el caso de la Ponferradina casi todo depende de Yuri, que tiene muchos defectos pero está para lo que está y es marcar goles.

Parece que se ha repuesto de sus dolencias y comandará la delantera ante el Pontevedra. Hasta ahí perfecto, porque incluso su presencia, igual que en la Primera División ocurre con Messi, atemoriza a los rivales. Aunque no la toquen en todo el partido. De eso es de lo que deben aprovecharse sus compañeros y dar un paso al frente y no dejar que sea el de siempre quien saque las castañas del fuego.

Sabido es que me repatean las declaraciones de los jugadores entre semana. Porque prometen el oro y el moro, pero cuando la realidad es todo lo contrario, de lo dicho no me acuerdo. Viene a cuento las que ha dicho Isi Palazón el otro día, asegurando que el equipo va estar en los primeros puestos. Que nadie tenga el más mínimo temor de que eso será así. Parece mentira que lo diga un jugador que la pasada temporada vivió lo que vivimos todos y no se les cayó la cara de vergüenza. He  repetido más de una vez que eso se demuestra sobre el campo y si el rival es mejor, se les da la mano y a otra cosa mariposa. Lo que no se puede aguantar es que equipos de medio pelo, les den un repaso cada domingo.

También durante la semana hemos comentado con muchos aficionados que lo fueron y ya no siguen siendo de la Deportiva, los avatares de los tres últimos campeonatos. Y el porqué se han ido distanciando del equipo. Las actuaciones les han ido minando la moral hasta tal punto, que ver cada partido en el Toralín era algo insufrible. Por ello decidieron dejar de acudir e incluso, algunos, de interesarse por el resultado de cada jornada. Hasta ese punto los contínuos dislates en contrataciones de entrenadores y jugadores han echado a mucha gente que se fue y posiblemente no vuelva al Toralín. Cierto que algunos, viendo que esta temporada se volvía a cierta normalidad, les apareció otra vez la vena blanquiazul. Todo ello se ha ido al garete con las actuaciones últimas.

Ya no se trata esta semana de aguantar con lo que tú hagas y lo que dejen de hacer los demás. Ahora estás fuera de los puestos de honor y tienes que volver a ganarte el sitio y no solo contra uno, sino que hay muchos más aspirantes que ya te han pasado. Y uno de los que está arriba es el Pontevedra, que este domingo nos va a poner a prueba. Si es capaz el equipo de Bolo de superarlo luego quedan otras citas importantes, pero como diría el Cholo Simeone, vamos partido a partido y este contra los gallegos es el que va a dar o quitar esperanzas.

Todavía nos acordamos del slogan que hizo famoso al equipo granate. Decían, cuando estaba en Primera División, que había que "roelo". Pues eso imprime carácter y desde hace mucho tiempo, incluso en los muy malos del equipo del Lérez, enfangado en la tercera división, siempre ha sido complicado ganarle. Y llega a Ponferrada crecido, con una victoria aplastante sobre el líder. Convencido, supongo, de que restarle puntos a la Deportiva es asegurar una plaza de play off.

Por lo tanto nadie puede saltar al terreno de juego por parte de los de Jon Pérez Bolo inadvertido de lo que se juegan en este choque. La falta de confianza que yo tengo es porque el resto de partidos anteriores eran igual de importantes o más que este y los jugadores hicieron caso omiso a su técnico, porque este sí sabe lo que se juega en estos momentos. Es cierto que nadie habla de cambio en la dirección del equipo, pero la deriva es tan evidente que esperar a que las soluciones lleguen sin más ni más es pura utopía.

No hay lesionados y no hay sancionados. Habrá once sobre el terreno de juego y siete en el banquillo y algunos en la grada. Del once titular que pueda alinear Bolo no tengo ni idea. Hasta este punto me tiene descolocado el míster. Le han fallado tantas piezas que tampoco él debe de tenerlo nada claro. Tampoco se lo que se ha "cocido" en el vestuario esta semana. Si ha sido una más, malo. Porque el horno no esta para bollos. Tampoco me consta que el Consejo de Administración haya intervenido, aunque sería casi obligado.

Los aficionados es indudable que están desorientados y muy cabreados con las últimas actuaciones del equipo. Pero como dijo hace muchos años un presidente de la Deportiva, "este equipo tiene la mejor afición y es su mayor valor". Y yo añado que si los jugadores le dan pie para ello, los van a tener a su lado. En estos momentos son ellos, los jugadores, quienes tienen la palabra.