PEDRO BLANCO | No era fácil el partido ante los de Vigo. Su andadura durante la temporada no es fruto de la casualidad. Prácticamente han estado siempre arriba y demostraron ante los de Terrazas que pueden ser peores técnicamente, pero van a por la victoria con decisión.

Algo que los del vende humos no han hecho durante media liga. Este entrenador nos debe tener por tontos a los bercianos, porque ahora resulta que solo él sabe sumar. Dice con toda la desfachatez que hasta el partido ante los de Bouzas sólo habían conseguido 13 puntos y en toda una vuelta han llegado a 31. ¿Y quién los dirigía anteriormente? Porque al final tendrá que confesar que esta temporada ha sido un desastre. Antes ni fútbol ni resultados y ahora que ha mejorado algo el juego, los resultados tampoco son excelentes. Porque, alma de Dios, no te quieres enterar de que de los últimos nueve puntos jugados, súper importantes porque podrían haber sido los de la salvación, sólo se han conseguido dos. Dos míseros empates en casa para más inri.

Está esperando a que finalice la temporada para hacer resumen de la misma. No se para qué, puesto que ya se esfumó la posibilidad de jugar la fase de ascenso, la verdad que nunca hubo sensación de lograrlo, y está bastante lejos ese pequeño premio de jugar la Copa del Rey. Sí es cierto que restan nueve puntos por jugarse, pero si seguimos haciendo trampas, hasta nos podríamos creer que se van a ganar los tres partidos que restan.

Durante el partido ante los vigueses hubo diversas sensaciones. Frialdad durante la primera parte y una vez conseguido el empate por medio de un trallazo de Andy, que nos recordó al jugador de la primera temporada en las filas blanquiazules, hasta se animó la afición y volvieron ovaciones y cánticos para dar emoción a los últimos minutos. Y una vez más piropos del entrenador visitante para la Ponferradina, para sus aficionados y el bonito estado del césped.

Y no es que jugara mal la Deportiva. Prosigue su mejoría en cuanto a combinaciones en el centro del campo, teniendo a Donoso como principal armador de su juego, hasta que se le fundieron los plomos, como a otros jugadores porque la segunda mitad fue un ir y venir de un área a otra, ya que el Rápido tampoco cejaba en su empeño de llevarse los tres puntos. El vende humos, fiel a su costumbre, no hizo más que un cambio, nada novedoso porque siempre hace el mismo, como si el resto de jugadores del banquillo fueran figurines. Como siempre juega con los mismos, estos ya están bastante "quemados" pero al míster le da lo mismo, no vaya a ser que destaquen sobre los demás.

Lo malo de este empate es que todavía no se puede hablar de salvación. Cierto que ganando en el campo del Cerceda el domingo, el Ferrol que está en descenso ahora, ya no podría alcanzar a la Deportiva, por lo que ese peligro desaparecería. También el resto de equipos que están por debajo de los bercianos, Guijuelo y Pontevedra a tres puntos y Coruxo y Valladolid B a cuatro, no es fácil que sumen la totalidad de puntos, por lo que ese temor de quedar el quinto por la cola, que implica el jugar contra otro equipo de otros grupos para mantener la categoría, tampoco es fácil que se produzca, pero repito, hay que sumar los tres puntos del próximo enfrentamiento. Ya es triste tener que hacer estos números a falta de tres jornadas para terminar la competición, cuando en buena lógica tendríamos que prepararnos para la fase de ascenso.

Hace tres semanas, justo antes de jugar ante el filial del Atlético de Madrid, escribía con exceso de confianza que el equipo ya estaba libre de pecado, es decir que se había alejado de los puestos peligrosos, fuera del oprobio que podría representar un descenso o tener que jugarse la permanencia en un doble enfrentamiento con otros equipos de Segunda B. Mira por donde y por culpa de esos malos resultados, estamos otra vez mirando el calendario. Un volver a empezar que creíamos olvidado y que han resucitado los viejos fantasmas. También señalaba que si ya no se jugara nada en esas últimas jornadas, y si el buen tiempo nos acompañara, las gradas estarían sensiblemente vacías. No se cumplió casi nada. Ni estaba el equipo a salvo, ni hubo buen tiempo, pero ante el Rápido de Bouzas hubo una de las entradas más flojas. No me atrevo a hacer más previsiones, porque hasta me tiemblan las piernas de pensar que ante el Toledo, el último visitante, todavía esté en el alero la clasificación...