Fuentes socialistas creen que la apertura del expediente es una medida “poco meditada”, una especie de huida hacia adelante de Miguel Martínez y Antonio Canedo ante su incapacidad para controlar el partido en El Bierzo. En este sentido, apuntan que una eventual expulsión de los seis díscolos (y de aquellos que se les pudieran sumar) dejaría al grupo socialista en minoría frente al PP en el pleno del Consejo. Y si bien en estos momentos hay una “luna de miel” con los populares, difícilmente este estado de cosas se va mantener cuando se aproximen las elecciones. A medio plazo, la inestabilidad estaría servida y el deterioro de la imagen de la institución también, como ya se ha encargado de remarcar el secretario provincial del PP, Eduardo Fernández.

Además, una medida disciplinaria de ese calado privaría al PSOE de la alcaldía de Cacabelos, mermaría el grupo socialista en el Ayuntamiento de Ponferrada y previsiblemente también le haría perder Villadecanes-Toral, porque si los seis consejeros fueran sancionados se produciría una crisis generalizada en la comarca. “Alguien ha querido apagar el fuego con gasolina”, indican fuentes de este sector.

Los críticos pedirán a la dirección del partido que reflexione y analice el comportamiento de José Luís Ramón, que a su juicio no ha podido iniciar peor su mandato. “Presume de ser hombre de talante y consenso, y ni siquiera ha sido capaz de llegar a acuerdos con sus propios consejeros; presume de demócrata y nos dice que las cosas se hacen como él manda porque para eso es el presidente; presume de austero, y aumenta el gasto para retribuciones en más de 100.000 euros anuales. Y todo esto sin dar la menor explicación al grupo”, vienen a decir.

Ramón tampoco accedió a ninguna de las peticiones de los representantes de Ponferrada y Cacabelos (el de Villadecanes-Toral se ha mantenido deliberadamente al margen desde un principio) a la hora de conformar su equipo de gobierno, lo que encendió la mecha del descontento. Pero los críticos sostienen que fue su “actitud autoritaria” en la reunión de grupo, y su empeño en llevar adelante la Junta de Coordinación sin aclarar su encaje legal ni fundamentar sus objetivos y funciones, lo que les hizo explotar.

Los consejeros discrepantes también se preguntan por qué nadie fue expedientado cuando se produjeron situaciones similares hace cuatro años, en la investidura de Ricardo González Saavedra, o cuando el PP se hizo con la Mancomunidad de Ponferrada pese a tener mayoría el  PSOE, y muestran curiosidad por saber qué pasará si —como se vaticina en círculos políticos— también ahora la dirección comarcal entrega a los populares las mancomunidades de Ponferrada y del Bierzo Oeste.