1.- Los consejeros de Ponferrada han mostrado y seguirán mostrando un respeto absoluto por la Institución Comarcal y por su Presidente tal como demostraron en el Pleno de su investidura votándole incondicionalmente. Por lo tanto, en ningún momento cuestionan ni a la Institución ni a la Presidencia.

2.- Ante la política de la Dirección Comarcal basada en el desprecio, incumplimiento de compromisos, ocultamiento de información y desequilibrio en la asignación de responsabilidades en el Gobierno Comarcal, los consejeros después esperar casi tres meses sin que en este periodo se les reuniese ni tuviesen la oportunidad de debatir sobre el futuro Gobierno del Consejo Comarcal, asistieron a la reunión de grupo, celebrada cuarenta y cinco minutos antes del Pleno, con la intención de solicitar información y exponer sus puntos de vista sobre las propuestas del Orden del Día.
En dicha reunión intentaron dar a conocer sus objeciones y planteamientos siempre en defensa del interés del propio Consejo Comarcal y de la ciudad a la que representan: Ponferrada. Sus intervenciones no fueron atendidas ni admitidas a discusión.

3.- Un partido como el PSOE con ciento treinta años de historia y vida democrática no puede perder las formas, obviar el debate e imponer las decisiones tal y como está sucediendo con la actual dirección comarcal del partido.

4.- Los consejeros de Ponferrada ante esta situación mostraron su disconformidad por las formas utilizadas no asistiendo al Pleno, teniendo en cuenta  que en ningún momento se ponía en peligro el gobierno de la institución al no haber ningún punto en el orden del día que lo pudiese hacer peligrar. Tampoco se corría ningún riesgo de que alguno de los puntos (todos ellos de organización y retribuciones)  no fuesen aprobados ya que estaban consensuados con el PP -como se conocía previamente por los medios de comunicación-  tal y como se evidenció en las votaciones celebradas durante el Pleno.

5.- Todo esto nos lleva a plantear un diálogo sereno con respeto a la dignidad de las personas. Invitamos  a la Dirección Regional  para que in situ conozca de primera mano las discrepancias políticas que se están viviendo el Partido Socialista en el Bierzo.

EMILIA FERNÁNDEZ PIDE UNA RECTIFICACIÓN

En relación con las informaciones publicadas en la edición del Diario de León del día 31 de agosto de 2007, en las que se alude a mi persona, deseo hacer las siguientes consideraciones:
1-    Que es completamente falso que yo –ni nadie en mi nombre- exigiese nunca cargo de responsabilidad alguno –ni mucho menos un sueldo- en el Consejo Comarcal del Bierzo.
2-    Que las razones de mi ausencia en el Pleno del Consejo Comarcal del pasado 29 de agosto nada tienen que ver con esa ficticia exigencia publicada en el Diario de León.
3-    Que mi lealtad al PSOE –del que soy militante desde el año 2001– ha sido, es y seguirá siendo completa e indiscutible; pero que debo afirmar, asimismo, que nadie puede obligarme a votar a favor de medidas tales como un injustificable incremento presupuestario de más de 100.000 € en el Consejo Comarcal, para el que la citada institución carece de fondos y que cuenta con un informe negativo de su Intervención. Eso sería tanto como traicionar los principios que han guiado al PSOE en sus casi 130 años de Historia.
4-    Que soy funcionaria del Cuerpo de Maestros, por oposición, desde 1996 y que no necesito de ningún cargo político remunerado para mi sostenimiento ni el de mi familia, lo que me confiere una libertad y una independencia de la que quizás otros carezcan.
5-    Que en mi última nómina como funcionaria de la Junta de Castilla y León figuran unos ingresos brutos mensuales de 2.168,27 €, y que mi honor vale mucho más que los supuestos emolumentos que alguien tuviese a bien concederme, para mantenerme con la boca cerrada.
6-    Que entiendo que mi posición resulte incomprensible para muchos, sobre todo para aquellos que carecían de profesión antes de llegar a las instituciones y que quieren convertir el PSOE en unas simples siglas, vacías de contenido, bajo las que amparar sus negocios particulares, inmobiliarios o de cualquier otra naturaleza inconfesable.
7-    Y, en último término, que mi único patrimonio es mi honor y que lo defenderé –ante la opinión pública y, llegado el caso, ante la Justicia- hasta el último día de mi vida.