A REXOUBA/ La ‘corbata siciliana’ del gran líder transversal Imprimir
Miércoles 15 de Abril de 2009 11:09
Unos días antes de que el Diario de León iniciase su proceso inquisitorial de tercera regional contra una modesta empresa berciana, alguien pudo oír en un bar (ay, esa manía tan española de hablar a voces en los locales públicos) cómo un eminente político berciano, tenido por el líder más visible del Partido Transversal o PPOE, amenazaba a grito pelado con hacer “la corbata siciliana” a cuantos, según él, le han perjudicado en su carrera, que ya está tocando a su fin. ¿Habrá relación entre ambos hechos, habida cuenta de la enemistad manifiesta del elemento en cuestión con el gerente de la sociedad vilipendiada? ¿Tiene algo que ver en el montaje? ¿Podría ser el instigador y proveedor de documentos que sólo el propio Consejo (donde no le faltan espías) y Hacienda tienen en sus manos? Hacia él apuntan muchas miradas. Y rencor no le falta al personaje, desde luego. Quien quiera que fuese, se la ha liado parda al decano de la prensa leonesa, que habrá de responder en los tribunales por tan deleznable como falso montaje.

 

Entretanto, el autor material del desaguisado (que una vez más se ha tragado una mercancía informativa trucada) sigue escondido en el anonimato de la siglas DL, con la cobardía que caracteriza a este aprendiz de Goebbels que repite cada día la misma patraña. Pero todo se sabe en ambientes tan reducidos, y en su momento saldrá a la luz. Una pista: ¿será acaso el mismo que en su día colocó a la parienta en el Ayuntamiento de Ponferrada aprovechando sus relaciones de amistad con destacados miembros del equipo de gobierno del PP?

Ah. Una aclaración para los menos familiarizados con el argot mafioso que con tanto conocimiento como desparpajo maneja nuestro gran líder. Según unos autores, se llama corbata siciliana a una técnica de asesinato que consiste en estrangular a la víctima con un cable de acero. Otros no la distinguen de la llamada corbata colombiana, la maniobra mediante la cual un mafioso practica en la víctima un corte en la traquea por debajo de la nuez y por el orificio resultante le sacan la lengua que queda colgando como una macabra corbata.

Eso sí, habida cuenta de la elevada nómina de enemigos políticos que tiene el susodicho, si realmente consumase su amenaza esto iba a ser una masacre. Pero no hagan demasiado caso. Mi maestro me enseñó hace muchos años que lo primero que se debe preguntar en estos casos, y más conociendo el paño, es: ¿a qué hora lo dijo?

 

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