EL OBSERVADOR PARCIAL | Doña Gloria ha regresado muy contenta de Portugal, con sus dos proyectos bajo el brazo. En breve el Bierzo será una merindad lusa. Vamos a ser una ciudad cosmopolita, llena de noruegos y portugueses disfrutando de nuestro vasto patrimonio. Las cosas no son por casualidad, se lo debemos a la gran suerte de tener una concejala de turismo doctora en Historia del Arte.

Y como podrán imaginar, el tema de la semana ha sido la anulación de los Presupuestos de 2015, aquellos cuya aprobación se consumó por las inclinaciones viajeras de una concejala del PP. Es lo que tienen las Islas Afortunadas, que cuando llegas a ellas no las abandonas ni para impedir la aprobación de un Presupuesto. Aquello tuvo bastante de tragicomedia: nuestro hostelero (cada vez menos orondo) no sabe muy bien si el conocimiento de la ausencia de la concejala fue la causa del “a toda máquina” del bipartito o si eran perfectos conocedores de esa ausencia y obraban con la tranquilidad que daba el voto de calidad. Nunca se ha dado explicación alguna por aquello.

Lo evidente es que había una especie de urgencia vital para aprobar aquel presupuesto por lo civil o por lo criminal y así garantizar que los desmanes en la gestión del Mundial los íbamos a pagar todos los ponferradinos. Algunos ciudadanos de Ponferrada, con mucha más dignidad que nuestros gobernantes, trataron de impedirlo lanzando piedras a un ejército acorazado. Sus alegaciones a aquel presupuesto ni siquiera fueron resueltas por el bipartito, que no iban a perder el tiempo con las afirmaciones de un mindundi de Cuatrovientos que no paraba de tocar los cataplines. Pues ahí lo tienen: esos presupuestos han sido anulados, los acuerdos que daban barra libre a la Fundación de Deportes han sido anulados, los sueldos han sido anulados, el contrato multimillonario de la basura ha sido anulado. En esa vorágine anulatoria, la sombra de Folgueral, cada vez menos alargada, también va a ser anulada por las urnas.

Nos dicen que a don Tarsicio el enfado le durará largo rato y que, incluso, ha negado el saludo a varios de los portavoces municipales. Lo que sí tiene gracia es esa idea suya de reclamarle a Mariano Rajoy que le eche una regañina a doña Gloria por haberlo expulsado del Pleno. Nos imaginamos al señor Rajoy reflexionando arduamente sobre el particular. De poco le habrá ayudado el resultado de las consultas que haya formulado al preboste autonómico y al regidor coyantino y es que, los mencionados, según dice con retranca nuestro amigo, se hacen los locos y simulan no conocerla.

En otro orden de cosas, el fuero que la concejala de Fiestas ha otorgado a los ciudadanos de Ponferrada, en perjuicio de los restantes bercianos, a la hora de adquirir las entradas para las actuaciones de las Fiestas de la Encina, ha suscitado contrariedad en nuestra Comarca. ¡Ay de los que, por ahorrarse cuatro euros, intenten hacerse pasar por ponferradinos de origen sin serlo! El mismo equipo que, a las órdenes del bueno de Mendo, analizará genéticamente las heces de los canes para sancionar a sus dueños irresponsables, ha ideado un kit de emergencia que acreditará en el acto si se tiene o no tal condición. Esperemos que no se inicie una guerra de aranceles y el Alcalde de Folgoso nos obligue a pasar por taquilla si queremos apreciar las maravillas de su mundialmente conocido Belén.

El lunes pasado doña Amparo suplantó a doña Gloria en la comparecencia que ésta realiza mensualmente en una radio local. No hay color, la verdad. No tiene esa gracia para la improvisación temeraria ni para los proyectos-acertijo que salvarán nuestra ciudad. Nos hemos acostumbrado a la farándula y nos costó seguirle el rollo.

Y ya para finalizar: lamentamos comunicar que esta semana carecemos de noticias respecto a la carrera de dromedarios. El informe externo lo deben traer en diligencia con chófer despistado. Pero no pasa nada. Doña Gloria ha aprendido que la mejor forma de que no te anulen las decisiones es no tomándolas.