[OBITUARIO] José Luis Moldes, funcionario con alma de poeta Imprimir
Martes 04 de Septiembre de 2018 12:40

Empleado del Ayuntamiento de Ponferrada, donde trabajaba como pintor y ejerció como representante sindical, José Luis Moldes Bello era un apasionado de la poesía, la fotografía y la música.

José Luis Moldes Bello, que contaba ahora 60 años, fue uno aquellos jóvenes inquietos que frecuentaban en tiempos de incertidumbre y esperanza el parque del Plantío, donde el entonces guarda Paco Laínez —fallecido hace poco más de año y medio— ejercía un involuntario magisterio en improvisadas tertulias en las que se hablaba de todo, pero sobre todo de libros. Incluso más que de politica.

No era raro que alguna de esas tertulias terminase en casa de los padres de Moldes, donde algunos escucharon por primera vez a Quilapayún o a King Crimson, que de todo había en la surtida discoteca de su habitación. También podía ocurrir que leyera alguno de sus poemas, por los que incluso obtuvo un premio literario que vino a unirse a los muchos que consiguió en sus tiempos de estudiante en el instituto Gil y Carrasco. "Entonces caería Satanás de lo alto como un rayo", decía uno de sus versos, escritos con un estilo sin concesiones a la galería ni mucho menos al ripio facilón.

La vida le llevó por otros derroteros, aunque siempre mantuvo su afición a la poesía, a la fotografía y a la música —en su primera casa de la calle Real se arrancaba a menudo con la guitarra eléctrica—, junto a un cáustico sentido del humor y un acerado espíritu crítico. Comenzó a trabajar como pintor y con ese oficio accedió a una plaza en el Ayuntamiento de Ponferrada, donde años más tarde mostraría su faceta más comprometida como representante sindical.

Una anécdota que contaba sobre su primer día de trabajo dice mucho de su talento y de su talante. El encargado de la brigada de obras pidió voluntarios para "ir a medir unos tubos". Moldes observó que los veteranos levantaban la mano y pensó que si ellos lo hacían sería porque la segunda opción sería más ingrata. Así que también se ofreció. La tarea de "medir unos tubos" consistía en ir a tomar unos vinos y unas tapas al Tomelloso.

Desencantado y escéptico, como tantos y tantos de su generación, en los últimos meses había sufrido problemas de salud que se agravaron la semana pasada, lo que motivó su ingreso en el Hospital del Bierzo, donde falleció después de permanecer varios días en la UCI. La capilla ardiente quedará instalada esta tarde en el tanatorio La Encina de Ponferrada y el funeral se oficiará mañana miércoles a las 17 horas en la iglesia parroquial de San Antonio.

 

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