[ANÁLISIS] En Ponferrada solo se elegirá un concejal Imprimir
Sábado 08 de Septiembre de 2018 11:11

JUANJO URBINA | El curso político que arranca este 8 de septiembre desembocará en las municipales de mayo de 2019 y en la elección de los nuevos alcaldes. Así que toca hablar lo que puede ocurrir en esos esperados comicios locales.

Este es el primer Día del Bierzo de los cuatro que vivirá como alcaldesa Gloria Fernández Merayo, escribimos el 8 de septiembre de 2015. El tiempo nos ha dado la razón. También —salvo milagro o cataclismo, nunca descartables en política— podemos decir ahora que esta será su última procesión con la vara de mando. A estas alturas a nadie se le oculta ya que el Partido Popular tiene en la recámara un candidato que no le gusta ni a Ismael Álvarez ni al inquilino de Brians, lo cual dice mucho en su favor.

El problema de Gloria Merayo, por lo que se deduce de las descaradas conversaciones grabadas por la policía, no es que no la quieran Ulibarri (eso sería una ventaja a estas alturas) o Eduardo Fernández, es que tampoco goza de las simpatías de Juan Martínez Majo ni de Alfonso Fernández Mañueco. La dirección del PP se divide entre los que quieren enviarla al Senado (su salida favorita frente al premio menor de las Cortes autonómicas) y los que prefieren nombrarla procónsul de Perejil, lo que traducido significa mandarla directamente a su casa. Solo falta que la proclamación del relevo se haga oficial. Será, como bromea con sorna uno de los principales implicados, "en los dos próximos trimestres".

Si tuviéramos que arriesgar un pronóstico a menos de nueve meses de las elecciones municipales —basado tanto en la encuesta publicada por BierzoDiario el pasado mes de junio como en la intuición desarrollada a lo largo de 40 años observando la política local— sería este: 7 escaños para el Partido Popular, 7 para el PSOE, 3 Ciudadanos, 3 Ponferrada en Común (o como finalmente se denomine la previsible alianza de IU y Podemos), 2 Coalición por El Bierzo y 2 USE. Quedaría por asignar, por tanto, un solo escaño que podría resultar decisivo para dilucidar la afiliación política del próximo alcalde. O no.

Nos explicamos: el empate a 10 concejales entre el centro-derecha y el centro-izquierda, junto al previsible mantenimiento del cordón sanitario en torno a USE (por simple sentido común ni socialistas ni populares pactarán con Folgueral, imputado en el caso del Mundial) deja la mayoría en manos de ese edil único y de los dos que presumiblemente volverá a conseguir Coalición por El Bierzo. La clave, evidentemente, está en ser la fuerza más votada, porque una alianza de perdedores parece impensable. Y eso solo está al alcance de PP y PSOE, y dependerá en buena medida de la evolución de la política nacional en los próximos meses.

Folgueral cree que está vivo, pero lo que está es mal enterrado y las elecciones acabarán de sepultarlo
Los populares recuperarán el escaño que les arrebató en 2015 Tarsicio Carballo, pero a la vez corren el riesgo de ceder uno a favor de Ciudadanos. Por su parte, los socialistas ganarán al menos uno de los que perderá USE, cuyo descalabro parece cantado. En el reparto de sus despojos está una de las claves de la próxima contienda electoral. ¿A dónde irán los votos que Folgueral heredó de la IAP de Ismael Álvarez? ¿Volverán al redil del PP, preferirán cobijarse en Cs o se dividirán entre varias candidaturas? Lo que parece evidente es que su actual poderío toca a su fin. Folgueral no se cansa de gritar que está vivo, como en aquel viejo chiste, pero en realidad lo que está es mal enterrado. Y los electores acabarán de sepultarlo en mayo.

Ese único concejal que, según este escenario imaginado, se elegirá en los venideros comicios locales determinará si el próximo gobierno cae de un lado o de otro. De lo que no cabe ninguna duda —descartada la gran coalición, que no los acuerdos puntuales— es de que, en caso de pretender conformar una mayoría estable, tendrá que ser en forma de tripartito: PP-Cs-CB o PSOE-PeC-CB. Quedaría otra opción, muy improbable ahora mismo pero no imposible en función del desenlace de las próximas elecciones legislativas: un tripartito formado por socialistas, naranjas y bercianistas. Fuera de estas combinaciones, siempre queda la solución de otros cuatro años de gobierno en minoría de la formación que salga de las urnas como la más votada por la ciudadanía.

Ciertamente, es demasiado pronto para establecer ningún pronóstico que suene ni remotamente a definitivo. Al fin y al cabo, salvo el caso del socialista Olegario Ramón —para el que los verdaderos problemas llegarán cuando tenga que confeccionar su lista de concejales— y damos por supuesto que de Pedro Muñoz y de Folgueral, ni siquiera conocemos oficialmente los nombres de los aspirantes a la alcaldía. Un factor que sin duda tiene su incidencia en unas elecciones locales.

Lo dicho anteriormente adquiere una singular importancia en lo que atañe a Ciudadanos y Ponferrada en Común, de cuyo éxito o fracaso dependerá en buena medida la configuración final de la corporación. Respecto a los primeros, la rumorología política apunta a un borrón y cuenta nueva que nadie sabe cómo sería recibido por sus electorado o de qué manera contribuiría a pescar en las aguas populares. En cuanto a las formaciones situadas a la izquierda del PSOE, si IU sigue jugando a La vida de Brian y traslada sus tensiones a la elaboración de las listas pondrá en peligro la solidez de su previsible confluencia electoral con Podemos. Eso sin descartar la posible aparición de otra candidatura susceptible de competir directamente por el mismo espacio electoral.

 

Utilizamos cookies para mejorar su experiencia de navegación. Al utilizar esta web usted acepta el uso que hacemos de las mismas. Para saber más sobre las cookies visite política de privacidad.

Acepto las cookies de esta web.

EU Cookie Directive Module Information