[MIRADAS] La felicidad de doña Amparo Imprimir
Sábado 27 de Octubre de 2018 11:23

EL OBSERVADOR PARCIAL | Que los árboles no os impidan ver el bosque. Esto nos lo viene diciendo desde hace varias semanas nuestro amigo hostelero.

Nos manifiesta que las obras de los remanentes le están sirviendo a doña Gloria de cortina de humo para intentar blanquear en parte su negra gestión, intentando derivar su responsabilidad personalísima hacia otros partidos del consistorio. Presentó unas obras a finales de septiembre cuando ya no era posible su tramitación (dados los tiempos que se tardan en la Casa Consistorial para armar los expedientes y sacarlos a licitación), y tuvo la suerte de que una propuesta alternativa de la oposición le haya servido para culpabilizarlos de la no realización de esas obras por retrasar los plazos.

Nuestro orondo amigo nos recuerda que doña Gloria pudo haber aprobado el presupuesto a principios de año si lo hubiese vinculado a una cuestión de confianza, pues el rechazo inicial del mismo (que se produciría con toda seguridad) exigiría el planteamiento de una moción de censura en el plazo de un mes y si no se presentara, los presupuestos estarían automáticamente aprobados. La imposibilidad de esa moción de censura es sobradamente conocida: el acuerdo entre Samuel Folgueral y Olegario Ramón era y es tan improbable como que doña Gloria pase a la historia como una buena Alcaldesa.

Nuestro amigo nos recuerda también que doña Gloria prefirió negociar el Presupuesto con Folgueral y, según dice ella misma, habían cerrado un acuerdo que el tío Sam no respetó. Los devaneos entre ambos han sido continuos: desde no convocar el Pleno para aprobar las conclusiones del Mundial de Ciclismo hasta aprobar en Junta de Gobierno el compensar la devolución de los salarios que deberían realizar Folgueral y compañía. Ya decíamos la pasada semana que son personajes con bastantes similitudes. Sorpresivamente las hordas usistas parece que no respetaron ese acuerdo. Ya veremos si eso afecta en algo a la compensación de los salarios.

Pero, en el colmo de los desmanes, de los sinsentidos, ante la oferta que le han realizado varios grupos de la oposición para negociar el presupuesto de 2019, ella exige que se negocie el del 2018. ¡Pásmense! Doña Gloria a finales de octubre quiere negociar el presupuesto de este mismo año. Así es la figura de doña Gloria. No ha sabido encontrar acuerdos, salvo el del ejercicio 2016, y finalizando el año quiere negociar el presupuesto de 2018, ese que no fue capaz de consensuar y que le fue rechazado en agosto.

En el Pleno de este viernes ha quedado patente, una vez más, el bajísimo nivel de nuestros concejales: egocéntricos, maleducados, escasamente atentos (ponemos por ejemplo la charla continua de los concejales Alberto Rodríguez y Ángela Marqués, ajenos por completo a lo que se debatía en el salón plenario), con oratorias incendiarias, faltas de ingenio, churriguerescas o completamente planas según de quien se trate. No se puede decir que sea un circo por respeto a los artistas circenses. Es la constatación de la preponderancia de la mediocridad en nuestra política municipal.

Y ya para finalizar: ¡Qué feliz ha de estar doña Amparo Vidal en su bufete! Si algún día tuviese a bien contarnos sólo una pequeña parte de lo que ha vivido en nuestra Casa Consistorial, quedaría totalmente al descubierto la forma de actuar de nuestra regidora, a quien le salvó el culo repetidamente pagándole con un intento de descrédito que, a estas alturas, no se ha creído ni el más merayista del lugar.


 

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