[LA OVEJA NEGRA] Pantomima Imprimir
Viernes 30 de Noviembre de 2018 10:08

GERMÁN VALCÁRCEL | Los convocantes a la procesión del 16-D, todos ellos profesionales de la representatividad, tendrían alguna credibilidad si al menos tuvieran conciencia de clase, pero solo tienen un clasismo político que apesta a funcionario de vida fácil y sueldo subvencionado por trabajadores políticamente analfabetos, pero más honrados que toda su ralea.

Los doblados y aborregados por la codicia, por las ansias de poder, por los ingentes fondos y prebendas que reciben del Estado y de la patronal, los teóricos sindicatos de clase, más bien de clasemedianos, en connivencia y con el apoyo de dos de los representantes más significativos e incompetentes de la casta política local, la alcaldesa de Ponferrada, del PP, y el presidente del Consejo Comarcal, del PSOE, y con algunos de los medios de manipulación y desinformación de masas comarcales más serviles con los poderosos como altavoces, han decido que las gentes de esta tierra, el rebaño que pretenden pastorear, debemos salir en procesión al grito de Despierta Bierzo.

¿Cómo les haría llegar una pregunta sin que se me enfaden?: ¿Por qué los diferentes planes Miner, realizados desde 1990, veinticuatro mil millones de euros, no han servido para reestructurar las cuencas mineras ni generar puestos de trabajo? Por favor, no nos regalen por respuesta con puertas condenadas, ni nos encelen con falsos enigmas, ni nos obliguen a rendir culto a la cloaca o a regocijarnos en la podredumbre, ni conviertan a los que preguntan en individuos a estudiar por la teratología.

En el fondo, estos pastores, con su convocatoria, solo pretenden conseguir que el Bierzo siga siendo ese paraíso donde los múltiples fondos económicos llegados desde Europa o la Administración Central puedan seguir siendo despilfarrados por ellos, esa casta de políticos, sindicalistas y funcionarios, acostumbrados a pactar el botín, como dignos herederos de los tiempos del orden sagrado de la Restauración. Caciques que ni hacen ni dejan hacer, caciques que ni cambian ni dejan cambiar, caciques que se dejan manipular por grupos de presión o son meros testaferros de los que han expoliado y destruido esta tierra, nos lo ha dejado meridianamente claro la operación Enredadera.

Actualmente el Bierzo no es más que un bello sueño geográfico para las ciento veinticinco mil personas que, todavía, aquí vivimos (ciento treinta y cinco mil si le añadimos Laciana y Cabrera, quince mil menos que tenían las tres comarcas hace una década), un sueño contaminado por los restos de explotaciones mineras, especulaciones varias, mediocridad y asco, donde los jóvenes más lúcidos y escépticos han aprendido el duro ejercicio de la emigración, jóvenes con memoria y deseo que, por muchas Universidades que instalen en esta tierra, no se van a quedar, porque no quieren ser encorsetados en la estrechez del traje social, político y cultural que nos rodea tejido con conspiraciones de silencio y clientelismo, jóvenes que avanzan huyendo.

Los convocantes son los responsables de la situación en la que nos encontramos, en ellos no está la solución

Los convocantes no han aprendido nada de una “crisis” que ha sacado a la luz problemas que debemos interpretarlos como síntoma, y no como único problema, ya que es el modelo, en sí, quien está agotado. Nos encontramos ante un modelo que tiene límites evidentes y no ante un modelo con ciertos problemas. Sin embargo escuchando a los convocantes siguen repitiendo, como mantras, las mismas recetas: crecimiento e industrialización. Nuestros ineptos dirigentes políticos y sindicales siguen creyendo que de la supuesta crisis se sale con políticas económicas expansivas, aumentando la demanda agregada. El caducado keynesianimo de hace un siglo, el que creía que no había límites para el crecimiento, el que nada sabia de escasez de recursos, de crisis energetica, de cambio climatico y de problemas ecológicos, el que sirvió para dar manos de pintura que embellecieran la brutalidad del capitalismo, el que, impregnado de colonialismo eurocentrico repartía, en los países del norte, la riqueza que el capitalismo esquilmaba en lugares alejados, el que creaba una clase media desclasada y egoista en los paises del norte a cambio del expolio, miseria y dolor de los paises del sur.

Seguramente, nuestros gobernates y sindicalistas, y la gran mayoria de nuestros clasemedianos, siguen pensando que somos los amos del universo, porque el relato predominante en nuestra sociedad es el que nos cuenta que nuestro modelo de vida se encuentra en un estatus superior y describe la historia de la humanidad como una secuencia que avanza del salvajismo a la civilización, y por lo tanto al progreso. Estamos convencidos de este relato etnocéntrico y eurocéntrico, en el cual nos vemos como la civilización por excelencia.

Cada vez más, estoy convencido que las pesadillas políticas planteadas por Orwell han llegado sin que nos diésemos cuenta, muchos aspectos de esas sociedades dictatoriales descritas en Rebelión en la granja o 1984 ya están aquí, diría más, han llegado festejadas por todos nosotros. No basta con decir que vivimos en un régimen democrático para ser libres de verdad, hay que conquistar la libertad día a día frente a quienes intentan dominarnos con los recursos de esa forma de ilusionismo mental que es la manipulación. Los políticos, los sindicalistas y los periodistas, los más peligrosos manipuladores, intentan esculpir el espíritu de todos nosotros a fin de adquirir dominio sobre ellos de forma masiva y fácil. ¿Cómo se domina a los ciudadanos?

Reduciéndonos de comunidad a masa, eso es lo que prentende, una vez mas, la convocatoria del proximo dia diecisésis. Por ello servidor no piensa a asistir a la pantomima del próximo día dieciséis, los convocantes son los responsables de la situación en la que nos encontramos, en ellos no está la solución.

Quienes siguen repitiendo la narrativa destructora y expoliadora del modelo imperante como un dogma, quienes convierten la destrucción territorial y la devastación medioambiental en una historia de progreso, desarrollo, modernización y libertades individuales no me representan, no deberían representar a nadie con un mínimo de decencia, dignidad, solidaridad y humanidad.



 

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