EL OBSERVADOR PARCIAL | Esta semana nuestra Alcaldesa, dolida,  declaraba a un medio local que necesita un segundo mandato para acabar su proyecto, aunque nuestro orondo hostelero dice que será para comenzarlo.

Aprovechó para contarnos un cuento de hadas sobre inversiones multimillonarias que tiene en cartera y lanzó de nuevo acusaciones de maldad superlativa sobre la oposición por no hacerle las mismas reverencias que le hacen sus dos concejalas superchachis aun cuando la ocurrencia sea de lo más peregrina. Es lo que hay. No son pocos los que dicen que se cree lo que dice, con lo cual el problema es mucho más grave.

El lunes convocaba de urgencia un sínodo de portavoces para hablar de su proyecto para el solar del viejo Carrefour. Ahora le entran las prisas, pues se acaba el año y si no lo aprueba en Pleno ese edificio de usos múltiples sanitarios queda en el limbo. El único brote verde que podría presentar en su gestión se iría al garete. Poco le importa lo que se haga en ese solar, menos aún los diferentes enfoques urbanísticos que se puedan plantear, rancios o vanguardistas; sólo le importa ese edificio de usos sanitarios. Y nadie se opondrá, suponemos, a esa inversión. La controversia surge por la ubicación elegida.

En esa reunión, nos dice el hostelero, algunos fueron a hablar de su libro (el señor Folgueral para reivindicar su proyecto, ganador del concurso de ideas que se promovió en su día para ese solar, el señor Carballo para defender su plaza porticada y otros, como el señor Fernández, como no debe tener libro que vender, directamente no acudió a la reunión). Las miradas están puestas en el aspirante a político y su grupo, que no han dado a conocer su postura al respecto. Nos dice nuestro amigo que los desmanes realizados en el barrio que ahora se intenta anexar ordenadamente a la ciudad son la causa de sus dudas.

Y el jueves tuvimos un concurridísmo acto de homenaje a nuestra Constitución en su cuarenta aniversario, con mucha bandera rojigualda en la solapa y hasta con himno nacional incluido (para todos menos para el señor Fernández, que hasta abandonó su asiento cuando sonaban tan patrióticas notas). Doña Gloria se ocupó de que estuvieran presentes numerosos colectivos de la ciudad. Más que a aniversario sonaba a despedida. En sus discursos, gran parte de los portavoces municipales mearon fuera del tiesto. Aprovecharon que el Sil pasa por Ponferrada para hablar de todo tipo de cuestiones escasamente relacionadas con nuestra Carta Magna. Y los que no lo hicieron resultaron aburridos. No se sabe nunca cómo dar en el clavo. En el vino español posterior al acto, se pusieron en evidencia los enfrentamientos que existen en nuestra casa consistorial, con numerosos grupúsculos entregados al descarnizamiento de los adversarios.

Plenamente inmersos en la vorágine de la trepidante actividad municipal, ya nadie habla de los salarios indebidamente percibidos por el bipartito. Esos que una Junta de Gobierno de doña Gloria acordó compensar, y que en los Presupuestos que tanto alaba don Pedro Muñoz se preveía perdonar a Folgueral y compañía. Si no recuerda mal nuestro amigo, está a punto de finalizar el plazo para que se haga efectiva la devolución, siempre que lo acordado por doña Gloria en esa Junta de Gobierno no lo haya imposibilitado.

Y ya para finalizar: se echa de menos últimamente en el palco de la Deportiva al señor Carballo, que no puede disfrutar de los goles de su amigo Yuri. Nos dicen que le han regañado por la masiva venta de lotería en dicho foro por lo que, tal vez, ésta pueda ser la causa de su ausencia. Muchos lo agradecen.