[TRIBUNA] El poder del dinero Imprimir
Sábado 12 de Enero de 2019 19:13

GONZALO GARCÍA | Tras una noche intensa de charlas y alcohol, uno de ellos, al salir del último local nocturno, y mientras encendía un cigarrillo exclamó: ¡Qué triste es el amanecer en Ponferrada!

Estaba a punto de salir el sol, y con la claridad del día, al parecer, a ese mismo personaje le hizo por fin contestar a las insinuaciones y propuestas reiterativas durante toda esa noche de copas: “Lo que me llevas diciendo toda esta noche , me da que no tiene nada que ver con hacer política de cara a mejorar la vida de los vecinos y vecinas de mi municipio, sino de lo que se trata es de ganar dinero con la política, a través de trapicheos con la contratación de empresas a las que tu representas o tienes contactos, y también en esas mancomunidades. No me interesa. Yo no tengo ningún interés en participar en eso, y te tendría que dar vergüenza, a ti, participar en este sucio negocio, y de andar con malas compañías siendo un alcalde”.

Decía William Shakespeare que “si el dinero va por delante todas las puertas se abren”. Pero durante toda la noche, no fue así. Después está proclamación gloriosa, cada uno de ellos se fue para su casa. El otro iba cabreado, tras muchas horas de copas no había conseguido llevarlo al redil. Había que pasar al plan B. “Si quieres ser aceptado, tienes que parecerte a ellos. Tienes que encajar para entrar.” (Película El poder del dinero, 2013)

El que se había mantenido firme en sus valores y principios, como alcalde que era de un importante municipio, iba apurando su cigarrillo, caminaba buscando su coche. En ese recorrido, y tras el martilleo escuchado, en forma de amenaza que durante la noche le habían transmitido, de que lo que sucedía en los ayuntamientos no era por causalidad, recordaba lo que había escuchado hacía unos años, cuando en un viaje largo en tren, por la noche, coincidió con un personaje. De aquel viaje que recordaba, tras cenar en el tren, y luego compartir dos botellas de un buen vino, el abogado empezó a contar una historia que le puso los pelos de punta: “Hay empresarios, personajes, políticos, fiscales, fuerzas de seguridad y funcionarios que se reúnen en comidas y cenas y que deciden lo que pasa en muchos Ayuntamientos. Se hacen llamar el Ente.

“Buenos días… y por si no volvemos a vernos: buenos días, buenas tardes y buenas noches”. (El Show de Truman).

"Cuando no comprendas lo que pasa en un Ayuntamiento, es un trabajo del Ente”. Durante ese viaje también le habló de nombres, apellidos o cargos que acudían a esas reuniones.

El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo (V de Vendetta).

La sorpresa, aquella noche, fue mayúscula. “Habla de una especia de mafia que controla lo que pasa en los ayuntamientos, desde la conformación de las lista, hasta como se gestionan cuando se gobierna”.

Entendió por fin hechos que habían pasado en su entorno incompresibles, y se dio cuenta de que “no toda las decisiones políticas que se toman desde arriba de los partidos contra alcaldes, no son para mejorar un municipio. Algunas que no se comprenden, son para mejorar los bolsillos de alguien”. Todavía le quedaban unos cuantos kilómetros para llegar a Cacabelos, y en el coche comprendió que “pertenecemos a una generación que ha visto cómo nos robaban el futuro que nos merecíamos”. (El poder del dinero).

“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais”. (Blade Runner).

 

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