EL OBSERVADOR PARCIAL | Esta ha sido una semana de calma chicha en nuestra Casa Consistorial. La ausencia del Fantastic Dúo, de excursión turística por los Madriles, trajo sosiego en el Ayuntamiento pero el miedo al humor que traerá doña Gloria tiene al funcionariado auténticamente acongojado.

Temen que si no le dan la compensación pretendida, la Casa de todos se convierta en un frenopático, si es que no ostenta ya tal condición.

Hablando de Fitur, este año nos promocionamos como escenario de películas. Ahí sí que tenemos todas las posibilidades del mundo. En la Casa Consistorial se interpretan comedias, dramas, tragicomedias y hasta nos dicen que Coppola sopesó la idea de grabar en estas tierras alguna de las pelis de su corleónica  saga. Hemos de reconocer la visión de futuro de nuestra simpar concejala de turismo. Sin quitarle méritos, jugaba con la ventaja de ser ya conocedora de que en nuestro Ayuntamiento tendremos un mayordomo, personaje muy propio de películas de suspense en cuyo desenlace se le suele otorgar la autoría del crimen.

Por Ifema andaba también nuestro Presidente Comarcal, ya casi sin galones por haber descuidado su agrupación.Tanto presidencialismo institucional y le han comido las sopas en Bembibre. Y nos dicen que no tendrá fácil siquiera ir en el número dos de la candidatura encabezada por Silvia Cao, mujer y aire fresco en el viciado panorama político de la capital del Alto Bierzo. El Alcalde de Alcaldes descarta encabezar algunas alternativas por poco honorables pretendiendo soluciones de alcurnia que crean problemas donde parece que no los hay. Por cierto, el actual Alcalde de esa localidad amenaza con repetir como candidato. Para ayudarse en tal menester ha escogido su casa para recibir a la vox hispánica más seductora. Con Osborne el botillo se digiere mejor; el brandy por supuesto.

Y esta semana se ha quemado un autobús del TUP, y de los que en teoría están aceptables. No queremos ni imaginar lo que puede pasar con esas camionetas que realizan la ruta circular, aptas sólo para  quienes gustan de los deportes de riesgo. Pero doña Gloria sigue a sus cosas, y el bueno de Miranda a las suyas y mientras tanto la casa sin barrer y de mierda hasta el corvejón. Con tanta porquería se puede entender que la curia pepera haya optado por un mayordomo. Lo que no sabemos es si pretende una limpieza radical o aquella más clásica de esconder las pelusas debajo de las alfombras.

Hay que ver cómo afecta la inflación a las nuevas tecnologías. Las cámaras de videovigilancia pueden cuadriplicar su presupuesto en unos cuantos meses. Claro que son las que han de controlar a los pirómanos de la Comarca Circular y esa injerencia en la intimidad de los bosquiadictos exige una tecnología a la altura de la del Pegasus pucelano. ¡Ojo con la inveterada costumbre de bajarse el pantalón y aliviar los apretones camperos, pues el Gran Hermano Quiñones lo vigila todo!

Y nos dice nuestro hostelero que no les falta razón a los ecologistas cuando denuncian el incumplimiento de los acuerdos de aquel Pleno que precisaba las medidas necesarias para garantizar la supervivencia forestal de nuestro Bierzo. La virtualidad de incumplimiento de lo acordado ya la puso de manifiesto el señor Mendo en aquella sesión plenaria cuando aludió a la necesidad de usar el Toralín para reunir a los integrantes del Grupo de Trabajo que se proponía. Entre aquello y la realidad de las cosas habrá un término medio, pero en nuestro Ayuntamiento las decisiones plenarias se adoptan para que el Equipo de Gobierno se las pase por el Arco del Triunfo.

Y ya para terminar: dicen los chicos de USE que don Iván ha sido un desastre como Concejal de Medio Rural, calificándolo de vendedor de humo. Sin perjuicio de que lo venda o no, que alguna partida ha vendido, no está Narciso para sacar pecho de la gestión del bipartito. Lo que define como   anuncios de realidades nos han salido por un pico y medio. Tampoco es justo que critiquen la labor del señor Muñoz en la Diputación: con sus peculiares intervenciones le ha robado cierto protagonismo al histriónico Llorente, lo  que agradecen unos pocos y sufren la gran mayoría.