El clásico contemporáneo 'Los cuernos de Don Friolera' abre el abono de invierno Imprimir
Miércoles 30 de Enero de 2019 11:07

Una escena del clásico de Valle Inclán con el que el Bergidum abre el viernes su programa de otoñoUna escena del clásico de Valle Inclán con el que el Bergidum abre el viernes su programa de otoñoLa compañía burgalesa Morfeo Teatro abre el programa de abono de invierno del Teatro Bergidum el próximo viernes, 1 de febrero, con su versión de un clásico contemporáneo como Los cuernos de Don Friolera, de Valle Inclán, convertida en una feroz y divertida crítica al machismo ibérico bajo el cristal del esperpento.

Este divertidísimo esperpento retrata una España de principios del siglo XX en el que Valle critica los prejuicios morales de la pérdida del honor por "los cuernos", logrando con suma ironía burlarse de sus propios personajes y de sus comportamientos de folletín sainetero, en una parodia satírica sin precedentes, que provoca risas crueles y desatadas sobre la tradición machista de los españoles.

El teniente Astete (don Friolera), recibe un anónimo avisándole de que su mujer le engaña. Su frívola mujer, doña Loreta, es tentada por un chulapo de medias tintas y vecino, el barbero Pachequín. Friolera, instigado por un malintencionado vecindario, trama tomar venganza. La hija de ambos, Manolita, entra en escena justo cuando el supuesto "cornudo" va a matar a los inocentes amantes, amansando las iras de su padre. Sin embargo la presión de sus colegas militares le ofusca en lo más hondo de su orgullo, y recurriendo a un ancestral código del honor, y pistola en mano, se conmina a cometer el crimen, al grito de... "¡En el cuerpo de carabineros no hay maridos cabrones!".

Hace Valle un repaso del ambiente del hampa y clases populares, de la connivencia de los contrabandistas y oficiales del ejército... Es un retrato despiadado de la deteriorada consistencia moral de la sociedad española y del ambiente de frustración tras la pérdida de las colonias. Reniega también el autor del conservadurismo intelectual y político de su época, de la mojigatería religiosa y de la conservadora y altiva tradición literaria española desde Calderón a sus días. Pero sobre todo ese pesimismo de Valle descarga su más poderosa arma de seducción, la risa. Una risa diabólica que resuena sobre nuestras cabezas, que no podemos contener desde el principio al fin del disparatado "esperpento", que nos sana de cualquier afección, una risa eterna y anárquica.

Pedro del Barrio escribió en el Diario de Burgos que "si hay algún grupo escénico teatral en España que pueda representar a la perfección el estilo literario del "esperpento" es la prestigiosa compañía Morfeo Teatro (...) Esta vez ha dado un paso más, diría que de gigante, con una puesta en escena sublime, me atrevería a decir, magistral (...)  Les aconsejo quitarse las penas yendo a ver este esperpento".

Con dramaturgia y dirección de Francisco Negro, que también participa en el reparto, la pieza está interpretada además por Mayte Bona, Felipe Santiago, Adolfo Pastor, Santiago Nogués y Mamen Godoy.

 

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