Medio Rural trabaja en un plan para salvar de la ruina la iglesia de San Adrián Imprimir
Domingo 15 de Abril de 2018 12:20

Los voluntarios trabajaron intensamente en la limpieza de la iglesiaLos voluntarios trabajaron intensamente en la limpieza de la iglesiaVoluntarios de San Adrián de Valdueza y de la asociación Promonumenta acometieron durante el fin de semana trabajos de limpieza y desbroce de la iglesia de San Adrián, un edificio de piedra seriamente amenazado de ruina.

Después de estos trabajos de limpieza aún queda mucho por hacer, por lo que la concejalía de Medio Rural del Ayuntamiento de Ponferrada se está planteando aplicar un plan similiar al diseñado para la iglesia de San Pedro Vilariño, de Manzanedo de Valdueza, para cuya puesta en marcha se ha suscrito un convenio con el obispado de Astorga que permitirá llevar a cabo importantes labores de consolidación con el objetivo frenar y revertir el deterioro del templo.

Según el concejal de Medio Rural y Patrimonio Cultural en el Medio Rural, Iván Alonso, “no podemos permitir que estos templos desaparezcan, porque ello supone una gran pérdida de patrimonio y memoria histórica y cultural”. Todas estas construcciones que pueblan la Tebaida Berciana son testigos de la gran actividad y población que había esta zona que hoy pertenece al Municipio de Ponferrada.

“Todo el conjunto rural, monumental etnográfico y hasta paisajístico de la Tebaida Berciana es de un valor incalculable y en la medida de nuestras escasas posibilidades debemos preservarlo, evitando un deterioro mayor del que desafortunadamente viene sufriendo desde hace siglos y que se ha acentuado en las últimas décadas”, señala Alonso, quien  estuvo presente en la Casa del Pueblo de San Adrián para agradecer los esfuerzos que periódicamente realiza la asociación Promonumenta en esta tierra y muy especialmente a los voluntarios de los pueblos de la zona, muy concienciados en la protección de la Tebaida.

Promonumenta ayuda a recuperar la iglesia con una hacendera

La actuación de los voluntarios comienza a dar sus frutos / David Gustavo LópezLa actuación de los voluntarios comienza a dar sus frutos / David Gustavo LópezEn el año 1974, el último vecino abandonó San Adrián de Valduea, un pequeño pueblo situado en una ladera del valle surcado por el arroyo San Adrián, en la falda norte del Pico de la Aquiana y al pie de los enormes peñascos conocidos como Los Doce Apóstoles. Otro lugar idílico para la vida contemplativa, lo mismo que Peñalba de Santiago o Montes de Valdueza, pero donde la subsistencia es francamente difícil. San Adrián formaba parte de la llamada Quintería, así conocido porque sus habitantes tenían que pagar la quinta parte de sus cosechas al monasterio de San Pedro de Montes.

Treinta años después, cuando el pueblo, que también sufrió un incendio en este período, se había convertido en una ruina, se inició el regreso y antiguos habitantes que añoraban su lugar de nacencia comenzaron a restaurar sus viviendas. Ahora ya son unas veinte casas las que están habitadas de nuevo –y hay más en obras–, aunque solo sea en verano y en fines de semana. Algunas, incluso, de forma permanente o casi permanente.

La restauración se está haciendo bien y, en cierto modo, manteniendo las características de la zona. Las calles también se han hecho transitables, la escuela se ha convertido en un extraordinario edificio para actividades vecinales, el antiguo horno comunitario vuelve a funcionar, la orilla del río tiene su zona para recreo y meriendas familiares, las fuentes dan buenas aguas… En fin, una envidia y un ejemplo para tantos pueblos de esta tierra que atraviesan similares circunstancias.

Solo faltaba la iglesia, un poco separada del pueblo, bajando hacia el río. Un edificio robusto, con muros de piedra pizarra lo mismo que su gran espadaña, con aires del siglo XVIII reconstruido sobre otro anterior, tal vez del XVI. Pero también sufrió el 

incendio, se derrumbó la cubierta y los agentes atmosféricos están haciendo mella. La vegetación, poderosa como en todos los valles del Oza, también hace sus estragos, hasta el punto que, totalmente revestido de hiedra por dentro y por fuera, el templo parecía un enorme dragón verde.

El presidente de la Asociación de Vecinos solicitó ayuda y, por mediación del Ayuntamiento, PROMONUMENTA entró en contacto. El sábado, 14 de abril, se programó una hacendera. Se sumaron vecinos de San Adrián y también de Valdfrancos, uno de los pueblos del Oza que hace unos días fue proclamado Socio de Honor de Promonumenta, precisamente por actuaciones de este tipo, tanto en su pueblo como en los limítrofes.

La iglesia quedó liberada de su carga verde y de las raíces que la alimentaban, salvo pequeñas zonas de especial dificultad que requerirán una nueva intervención. Los muros, bien conservados, de nuevo lucen su espléndida piedra. El Ayuntamiento de Ponderrada, al cual pertenece San Adrián, concretamente la concejalía de Patrimonio del Medio Rural, que dirige Iván Alonso, pretende establecer un convenio con el obispado de Astorga, propietario del edificio, y colaborar en su adecuación.

Miembros de Promonumenta y voluntarios participantes en las labores de limpieza en la iglesia de San Adrián / David Gustavo LópezMiembros de Promonumenta y voluntarios participantes en las labores de limpieza en la iglesia de San Adrián / David Gustavo López


 

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