La Junta trabaja para incluir la iglesia de Peñalba en la Lista de Patrimonio Mundial Imprimir
Domingo 30 de Diciembre de 2018 13:28

La Junta de Castilla y León lidera la propuesta, en la que viene trabajando en los últimos años, para lograr que la arquitectura mozárabe de la península ibérica se incluya en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Castilla y León es una de las comunidades con más bienes incluidos en la Lista de Unesco, lo que supone el reconocimiento de la excelencia cultural y patrimonial de este territorio. Actualmente, la Comunidad cuenta con ocho bienes de carácter material declarados Patrimonio Mundial, dos de carácter inmaterial y uno natural.

En los últimos años se viene trabajando en la candidatura de la arquitectura mozárabe de la península ibérica, incluida el pasado mes de octubre a propuesta de Castilla y León en la llamada lista tentativa española y aprobada por unanimidad por todos los representantes de las comunidades autónomas y del Ministerio de Cultura y Deporte. Esta candidatura, que ahora está en proceso de justificación, se refiere a sitios emblemáticos de Castilla y León, habiendo manifestado otras comunidades su interés en incorporarse a la misma, lo que se producirá siempre que sus bienes, en este caso, respondan a los criterios de la candidatura.

Hasta el momento, además de Castilla y León, se han adherido Galicia y Castilla La Mancha, y han manifestado su compromiso de participación Andalucía, Extremadura, La Rioja y Cantabria. Dentro de los ejemplos de templos mozárabes se incluyen el Monasterio de San Miguel de Escalada o la iglesia de Santiago de Peñalba, ambos en León; la Ermita de San Baudelio, de Berlanga de Duero, en Soria, o la Iglesia de San Cebrián de Mazote, en Valladolid. Fuera de Castilla y León, destacan ejemplos como el Oratorio de San Miguel de Celanova, en Ourense o el complejo monástico de Melque, en Toledo.

La excepcionalidad de la candidatura se basa en que el mozárabe es un arte único, producto del sincretismo de diversas fuentes y que tiene lugar en un ámbito temporal y geográfico concreto, debido al singular desarrollo de los acontecimientos ibéricos en la Alta Edad Media. Los edificios de la candidatura son iglesias que ejemplifican la concordancia y confluencia de tradiciones de los mecenas cristianos, que apadrinan la construcción de estos templos y contratan para ello a maestros islámicos o formados en Al-Andalus. Precisamente son los artesanos y los mecenas los principales protagonistas de lo mozárabe.


Los monasterios a los que estas iglesias pertenecían eran importantes centros económicos y culturales, cuya localización responde claramente a la expansión del poder cristiano por el norte peninsular, principalmente en época de Alfonso III (866-910), materializándose este en el territorio mediante la fundación y construcción de estos centros monásticos. Se trata de unos conjuntos arquitectónicos que, junto a novedades para dar respuesta a las necesidades rituales religiosas, presentan valor como centros de creación y transmisión de cultura, de conocimiento, así como de elementos activos en la consolidación territorial del poder astur-leonés, tanto en las zonas urbanas como rurales.

Elementos distintivos de esta arquitectura, con una clara raigambre islámica, son la utilización generalizada de arcos de herradura, frecuentemente enmarcados por alfices en el caso de puertas y ventanas; la situación de los accesos principales a los templos en los muros laterales; la sujeción de los aleros de las cubiertas con modillones labrados en piedra; la construcción de bóvedas gallonadas, nervadas y vaídas; la escultura arquitectónica animalística y vegetal, tallada a bisel y trépano o la ornamentación pictórica geométrica y/o vegetal, a veces con despieces bícromos.


 

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