La empresa estaba atrapada en un "secuestro financiero" por el incumplimiento por parte de BBVA de sus obligaciones de diligencia, transparencia e información. La entidad financiera deberá abonarle una indemnización por los daños y perjuicios causados.

El juzgado número 5 de Ponferrada ha dado la razón a una empresa del Bierzo en una demanda interpuesta contra el BBVA, ya que considera demostrada la existencia de un incumplimiento por parte de la entidad financiera de sus obligaciones de diligencia, transparencia, lealtad e información previa y continuada. En consecuencia, el juzgado de Ponferrada ha condenado al banco a indemnizar a la empresa demandante por los daños y perjuicios causados, equivalentes a la pérdida de valor de sus inversiones.

La causa se inició con la reclamación de un producto derivado denominado “contrato de permuta financiera conopción knock-out sobre acciones BBVA” y sus posteriores renovaciones, producto suscrito por una empresa del Bierzo a la que representa el despacho Vallverdú Abogados. Según el despacho, la empresa, que no tenía problemas financieros, fue atrapada en un "secuestro financiero" por aceptar la propuesta del banco. Ya en junio de este mismo año, el juzgado admitió la comparecencia del presidente de BBVA, Francisco González, para que declarara en esta causa como diligencia final.

Sin embargo, González no ha sido llamado a declarar, puesto que finalmente el juzgado ha considerado plenamente demostrado, mediante las pruebas presentadas, que el BBVA incurrió en incumplimiento de sus obligaciones con su cliente, la empresa demandante, incumplimiento que dejó a esta en una situación de "secuestro financiero" y al borde de su desaparición.

Según Vallverdú Abogados, en el momento de la firma del contrato tóxico, sin que la demandante lo supiera, ya atesoraba una pérdida de más de 120.000 euros. Y añade el socio director de Vallverdú, Rubén Cueto: “Es una lástima que el señor González no haya acudido para explicar cómo el BBVA había colocado un producto bancario destinado a que su cliente, un buen cliente de toda la vida, se arruinara desde el momento que firmó el contrato confiando en la explicaciones de los comerciales de la entidad”.

Esta resolución favorable del juzgado permitirá a la empresa berciana sobrevivir, al haberse logrado demostrar que el BBVA incumplió la normativa exigible a la hora de colocarle un producto bancario tóxico que presumiblemente les hubiera llevado a la ruina.