Presentación del homenaje a los represaliados que se celebra el viernes / BierzoDiarioUna investigación dirigida por el historiador Alejandro Rodríguez sobre las corporaciones locales del Bierzo entre 1931 y 1936 ha permitido identificar a los asesinados y desaparecidos.

El Consejo Comarcal rendirá un homenaje este viernes a los 145 ediles de los ayuntamientos del Bierzo represaliados, coincidiendo con el 80 aniversario del fin de la Guerra Civil y el inicio de la Dictadura. En este acto, que se celebrará en la Sala Río Selmo con la presencia de familiares de los cargos públicos represaliados, se presentará la investigación sobre las 43 corporaciones locales de la comarca entre 1931 y 1936, realizada por el historiador Alejandro Rodríguez y su equipo.

La labor de investigación se ha basado en la consulta de las sesiones plenarias de los consistorios, lo que aportó información sobre 33 corporaciones, pero fue necesario acudir a otras fuentes para documentar otras 10. En total, se consiguieron los nombres de los 1.100 ediles de la época, llegando a la conclusión, tras el estudio de la documentación obtenida, que 145 fueron represaliados, cinco por el bando republicano y 140 por el sublevado. Un total de 41 eran alcaldes, 22 primeros tenientes de alcalde, 10 segundos tenientes de alcalde,  64 concejales y 8 síndicos.

De los alcaldes, 12 fueron asesinados extrajudicialmente, considerándoles como desaparecidos. Es el caso de Miguel Jato, de Carracedelo; Germán Ramón, de Peranzanes; Salustiano Morán, de Puente de Domingo Flórez; Blás López, de Priaranza del Bierzo o Saturnino González, de Paradaseca, entre otros. Otros siete fueron fusilados tras ser juzgados, entre ellos tres alcaldes de Ponferrada, Juan García Arias, Carlos Garzón Merayo y Francisco Sánchez Rodríguez, y los de Villafranca, Bembibre y Toral de los Vados.

El historiador destacó también otros dos casos, el alcalde de Palacios del Sil, Elpidio González, que fue asesinado en Austria, en el campo de concentración de Gusen, y el de Nicasio Astorgano, alcalde de San Esteban de Valdueza, huido en el momento en el que estalló el golpe y que, tras entregarse, fue condenado a 20 años de prisión en la isla de San Simón de Pontevedra, donde falleció debido a las condiciones inhumanas del penal.