PEDRO BLANCO | Lo menos bueno fue el resultado, aunque pudo ser peor, pero lo importante, lo que le pedimos cada semana a este equipo es que demuestre su categoría ante cualquier rival. Ya está visto que ante los equipos fuertes saca lo mejor, pero se desinfla ante los colistas.

Era un partido para conocer hasta que punto están mentalizados los jugadores de Bolo. Saber si no era fruto de un día lo visto ante los rojiblancos del Atlético y tener la esperanza de un final de liga aceptable sabiendo que las dificultades son máximas. Y aunque el empate en Madrid mantiene a la Deportiva fuera de los puestos de la fase de ascenso, la intensidad y la entrega, no exentas de buen juego, nos han confirmado que hay esperanzas de llegar al final de liga entre los cuatro primeros.

No íbamos desencaminados cuando comentábamos que este partido prometía mucho. El rival que deja jugar, el terreno de juego en perfecto estado y la hora, eran bazas a nuestro favor. Y en verdad que no defraudaron los que vistieron la camiseta blanquiazul. Cierto que la lesión de Yuri trastocó bastante los planes de Bolo, porque con él en el campo se adivinaba que podían pasar cosas. Y de hecho sucedieron las suficientes como para adelantarse en el marcador. Lo vieron los muchos aficionados que acudieron al campo Alfredo Di Stéfano en directo y lo pudimos comprobar a través de la tele el resto de aficionados. Y los comentarios eran unánimes. La Ponferradina había hecho méritos para sacar los tres puntos. Es cierto que las ocasiones más claras sucedieron en la primera parte, pero quizás se combinó mucho mejor en la segunda, sobre todo con las incorporaciones por la banda izquierda donde Dani Pichín y Ríos Reina pusieron balones para que alguien los rematara. Incluso hubo un agarrón en el área al defensa Zabaco que el colegiado ignoró.

Me gustó mucho el juego de la Deportiva y al igual que he censurado sus nefastos partidos ante rivales de la zona baja, hay que significar que ha sido ante los considerados grandes del grupo, como son Pontevedra, Atlético de Madrid y ahora Real Madrid Castilla donde se ha dado el do de pecho, lo cual nos hace presumir que también ante Unionistas y Cultural las cosas pueden todavía enderezarse. Se sabía, a tenor del calendario, que estos partidos eran claves para aspirar a lo que al principio de temporada se daba como seguro y que luego ante tropiezos inexplicables se fue torciendo de mala manera.

En la alineación se volvió a repetir el once, a excepción de Yac, que estaba ausente por jugar con su país. Y no defraudaron. ¿Encontró Bolo su once tipo? Parece que sí, pero no se puede esperar ocho meses para conocer a tu plantilla. Ahora nos queda la duda sobre la importancia que pueda tener la lesión de Yuri, que sigue siendo el faro del ataque. Porque no hay recambios para él. Kaxe está demostrando que es un todo terreno y en ese sentido ha mejorado bastante, pero no es el relevo del brasileño. Y del colombiano Bolaños, al que por fin vimos jugar bastantes minutos, tampoco es un depredador del área, lo cual significa que arriba la pólvora está muy mojada. Nos queda la esperanza de que entre Isi y Dani Pichín puedan ajustar sus disparos y entre alguno, pero tampoco son una solución definitiva.

Decía Bolo al final del partido que estaba orgulloso del comportamiento de sus jugadores y sobre todo que habían sido valientes a la hora de encarar al rival. Hoy le damos la razón, porque aparte del desgaste que les obligó el rival no se quedaron encerrados en su área y por fin vimos combinaciones en la zona medular, algo que había desaparecido desde hace mucho tiempo. No cabe duda que la llegada de Pablo Larrea ha sido importante para engarzar líneas.

En esta jornada incluso algunos resultados han sido sorpresivos y han ayudado a acercarse a los puestos cabeceros. Excepto la Cultural, los frenazos que han sufrido Sanse, Fuenlabrada y Atlético de Madrid son la mejor noticia para alimentar mayores esperanzas y que la jornada próxima se luche ya por un puesto con premio. Pero ojito al rival, que puede ser el típico lobo disfrazado de cordero.