EL OBSERVADOR PARCIAL | Esta semana se ha confirmado el fichaje de la hasta hace cuatro días pizpireta voceira naranja, señora Luna, por el PP. Nos trasladan que ha sido una apuesta personal de don Marco Antonio.

Suponemos que el bueno de Mendo no habrá sido consultado sobre ello, pues su opinión respecto al fichaje ya la dejó clara en las redes sociales hace algún tiempo. En alguna ocasión hay que darle la razón a doña Gloria, pues pensamos que no erraba cuando le afeaba a doña Rosa el haber interrumpido unas vacaciones para venir a votar en contra de los presupuestos del PP por malos malísimos y el subirse ahora al carro de los responsables de esas cuentas nefastas. Si a ello le unen que no renunció a su salario tras haber sido cesada como Presidenta del IMFE, ya pueden ir entendiendo algo más. ¡Y tan pichi!

Por lo demás, ya se ha hecho pública la identidad de la candidata de Ciudadanos a la Alcaldía de nuestra ciudad. De todos modos, no se le vio en Pérez Colino pegando carteles por lo que no pudo ver como su antecesora disfrutaba ostentosamente de su nueva condición de pepera de corazón. Tampoco hemos visto en las fotos a la Presidenta Local del PP. Tal vez estuviese en un Congreso templario en vaya usted a saber dónde. Sorprendió que la representación naranja en dicho acto fuera tan raquítica y ante tanta falta de pedigrí terminó asumiendo el protagonismo doña Ruth, la nueva portavoz, quien está particularmente preocupada con la unidad nacional. Los que no estaban era los representantes de Vox, ese partido considerado hasta hace unos meses el ala extremista del PP de Rajoy y que hoy casi parece la versión amable del  de Casado. La representación socialista fue de más peso, y no lo decimos por la generosa corporeidad del paramés Manuel Alfonso sino por el número y cargo de los allí presentes.

Lo que  parece un sainete es lo de Unidos Podemos: a las jóvenes promesas de ambas formaciones se les vio juntitos pegando carteles en Pérez Colino pero unas horas más tarde nos confirman que son incapaces de ponerse de acuerdo para presentar una única candidatura en las municipales. Nos dice nuestro hostelero de referencia que si el día veintisiete de mayo se  ven muchos votos en los contenedores de la basura, probablemente serán los de esos partidos a los que el duelo de egos y la disputa sobre la propiedad de las esencias del bien o sobre la altura intelectual de los compañeros de viaje les impide el consenso. Habrá algunos candidatos de la derecha que se van a pasar las procesiones aplaudiendo hasta con las orejas. Bueno, nuestro amigo sostiene que los que pueden ser arrojados directamente a la basura sin pasar siquiera por las urnas son los escasos votos que sacarán esas formaciones extravagantes que no responden más que a los aires de grandeza de personas encantadas de haberse conocido.

El show semanal de doña Gloria ha tenido como argumento la celebración de un curso sobre contratación que se celebra en la Casa Consistorial. Aprovechando la ocasión nos desveló que un pliego de esos contratos municipales fue devuelto por errores hasta en dieciséis ocasiones.  Un dardito para los funcionarios municipales, a los que se les está haciendo larguísimo este fin de mandato. Nos dicen que la propia doña Gloria acudió, en calidad de alumna, a ese mismo curso. Nos atreveríamos a sugerirle también uno de empatía.

Y ya para finalizar: la visita del candidato popular a la Ciuden no generó mucho entusiasmo entre los trabajadores de esa Fundación. Les cuesta olvidar el maltrato al que les ha sometido el PP, algo que ya empezó en los tiempos de Zapatero cuando desde la administración municipal se obstaculizaba el desarrollo de ese proyecto todo cuanto se podía. Le acompañaba en esa visita doña Rosa, a la que no sabemos si tanto trajín le permitirá llevar a cabo el proyecto de vida que nos anunció en su lacrimógena comparecencia de hace apenas cuatro días que, por si no lo recuerdan, nada tenía que ver con la política sino con aprobar unas asignaturas de Derecho para obtener su título.